No se puede decir que el verano haya empezado tranquilo en el panorama valencianista. Hay una buena noticia. El año que viene jugaremos Champions. Algo a lo que un club de nuestra categoría debería estar poco menos que obligado a disputar cada año.
Sin embargo todo lo demás están siendo noticias malas, desilusionantes e incluso llegan a provocar la vergüenza en la gran mayoría de la afición. Y es que los señores dirigentes, encabezados por Manuel Llorente, están tomando unas decisiones que no satisfacen a nadie.
Todo empezó con la no renovación de Baraja, un caso que cuestiones deportivas a parte ha sido todo un ejemplo de cómo no hay que actuar hacia un gran profesional que lo ha dado todo por el club durante nada menos que una década.
Y es que recordemos que el jugador se enteró por la prensa de que no iba a renovar para la siguiente temporada, algo que no agradó a Pipo ni a muchos de los aficionados, que más allá de estar acuerdo o no con la decisión deportiva, no compartían las formas tan poco humanas de llevar a cabo el caso.

Pero aún hay más, mucho más. Por si alguien era de la opinión de, que sin Villa, Zigic lo tenía todo a favor para ser titular en este equipo a partir de ahora. Visto además que se lo ha estado ganando a base de esfuerzo y goles, que se quite la idea de la cabeza. Ya que a la primera oferta real que llegó por el gigantón, no se dudó un instante ni en esperar a que se disputara el mundial de cara a una posible revalorización. Sino que se zanjó el traspaso con apremio por la módica cantidad de 7 milloncitos más a la saca.
Alguien podría estar haciendo cálculos ya, mientras lee y pensando en que con tantas ventas, ampliaciones de capital, contratos de publicidad en camisetas y derechos de imagen, etc. Esa saca de la que hablo, pudiera estar bastante recuperada. Pero sin embargo, parece ser que esa saca tiene algún agujero en el fondo y todo lo que entra se va perdiendo a la vez.
Según lo visto, no se descartan más ventas y no hay nadie intransferible en la plantilla.
Eso sí, el nuevo estadio lleva un año parado y no se prevé una próxima reanudación de las obras.
Eso sí, el nuevo estadio lleva un año parado y no se prevé una próxima reanudación de las obras.
Y ahora para añadir más incertidumbre al futuro del equipo se confirma la destitución del directivo deportivo de la entidad, Fernando Colomer, al que se le presuponía como máximo responsable en la confección de la plantilla valencianista para la próxima campaña.
Y después de todo esto, un humilde valencianista se pregunta: ¿Qué será lo próximo? Uno se espera de todo y nada bueno si se observan los acontecimientos hasta la fecha. No se descartan pues, más ventas ridículas de nuestros grandes jugadores y activos del club o para contrarrestar, algún fichaje de uno de los hombres que suenan como Roberto Soldado, Aduriz o algún que otro de nombre desconocido para mí.
No seré yo quien tenga más fe en jugadores con nombre o llamados “estrellas” que en gente humilde y con ganas de comerse el mundo. Pero no se puede conseguir que los señores de la bufanda que llenan el campo cada domingo, se ilusionen con la marcha de auténticos ídolos de los últimos años y con la única promesa de traer jugadores de los que suenan desde hace tiempo y ni entonces llamaban demasiado la atención.
De hecho si se quiere hacer constar la mala situación monetaria vería con mejores ojos que se tirara más de cantera y menos de jugadores promesa de ligas extranjeras que han demostrado demasiadas veces ser poco rentables.
En fin señores. El verano no ha hecho más que empezar y ya tenemos más noticias que en muchos de los veranos anteriores enteritos.
Seguiremos a la expectativa y prometo en el siguiente post transmitir argumentos para no perder la ilusión del fútbol en la próxima temporada.
¡Amunt Valencia!
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