lunes, 24 de junio de 2013

Reseteo mental valencianista

fuente: www.superdeporte.es
Muchas cosas han pasado en el Valencia desde que escribí mi último post allá por navidades. En esas fechas había tan poco bueno que contar y tan poca ilusión futbolística en la ciudad, que preferí no volver a perder más el tiempo contando penas y sinsabores. Así me despedía del año con una agradable canción de los Jackson five para felicitar las vacaciones a todos los lectores de este humilde blog.

Como siempre, el poco tiempo disponible y en gran medida las pocas cosas buenas que contar me alejaron de la escritura. Y es que un servidor puede ser muy futbolero pero no está para perder tiempo alabando hazañas de unos tipos que cobran más en un año que lo que yo cobraré en toda mi vida con suerte, más cuando esos tipos no demostraban ser dignos de apoyo alguno.

Sin embargo, ahora que lamentablemente dispongo de mucho tiempo libre y aprovechando que el club está reciclándose como era necesario, desde arriba, empezando por el presidente y al parecer esta vez hay un proyecto serio y planificado, me gustaría ser optimista y pensar que podemos volver a disfrutar de nuestro Valencia como si la desidia no hubiera estado presente todos estos últimos años.

De momento, han bastado únicamente las palabras ilusionantes, exigentes y optimistas del nuevo presidente y sobre todo del recién llegado Djukic para que la afición renueve la ilusión de ver a un Valencia campeón. Dos discursos de Miroslav Djukic han servido para que todos estemos expectantes de cómo jugará su Valencia, nuestro Valencia.

El serbio ha sido valiente, ha venido sin miedo, ha construido un discurso de optimismo y de exigencia con uno mismo, ha hablado de ganar títulos, de disputarlo todo,  incluyendo los partidos contra los intocables de la liga. El Barça y el Madrid serán candidatos a ser batidos este año. Djukic viene para despertar a un gigante dormido que se llama Valencia CF y que todos sabemos que si quiere es capaz de hacernos soñar en grandes noches de fútbol.

Es cierto que por ahora solo podemos confiar en las palabras que hemos escuchado. La nueva directiva y el nuevo equipo técnico tienen un gran trabajo que desempeñar para devolver el club a la grandeza, de donde nunca debimos salir. No sé si serán capaces, pues nadie se lo ha puesto fácil. Cogen una institución hundida en la mediocridad, desposeída de unos valores de identidad propios y con unos jugadores vestidos de simples mercenarios infieles a la causa, egoístas porque nadie les ha enseñado a mirar más allá de sus propias narices.

Los valencianistas estamos hartos de decepciones, de falsos profetas y de palabras vacías. Así que estos nuevos aires que corren en el seno valencianí nos permiten respirar felices pero con calma y cautela. Tenemos más ganas que nunca de ver de lo que transmitirá el equipo en el campo, de hecho este verano me apetece incluso seguir los amistosos de pretemporada.

Particularmente solo me queda  tener fe en los nuevos gestores, creer y darles la confianza necesaria para que tengan éxito en sus proyectos y que consigan dotar al equipo de alma y de espíritu ganador. Esa confianza no será eterna si al contrario de lo que prometen, se convierten en unos mentirosos más como ya los hemos visto demasiadas veces. Pero hasta que eso no pase, este blog está con el nuevo Valencia de Salvo, Djukic y Rufete y para ello aplico un necesario reseteo mental que me permita seguir hablando del fútbol según un valencianista.

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