sábado, 22 de octubre de 2011

El crédito de Unai


Más allá de que el dilema Unai si Unai no, vuelva a la palestra gracias al último calentón. Mi opinión es que esta vez no estamos discutiendo sobre el partido de Alemania en si, sino sobre su trayectoria pasada y su evolución en el futuro cercano. Es decir, no es un simple calentón. Ojalá!


Yo mismo he creído en Emery mucho tiempo pese a los fracasos en las eliminatorias, porque sinceramente a veces me da pena lo buen trabajador y honrado que es, al menos aparentemente.

Este año comenzamos con fe, aunque bastante ciega, en que debido a la renovada plantilla con suerte habría un grupo muy unido en el vestuario, que junto con el aprendizaje del entrenador en los últimos años, pudiera llevarnos a un cambio de rumbo, a subir un nivel en la ambición por ganar.

Después del partido ante el Barcelona, con la gran actuación del Valencia y viendo como había mejorado la línea defensiva con las nuevas incorporaciones, añádele el gran estado de forma de Soldado, tuvimos el punto álgido que nos caracteriza a nuestra afición. Yo fui el primero en alabar ese partido, pero porque era justo, sin importar lo que deparara el futuro. Hasta esa fecha habían más virtudes que carencias.
Pero la historia se repite y le siguieron unos partidos cada vez más malos dejando como colofón la derrota ante el Leverkusen.

Ahora el panorama está con la afición en su punto más pesimista, conscientes de que la Champions se escapa y que en Liga los grandes despiertan, si es que llegaron a estar dormidos. Los que no nos conformamos con volver a estar varios meses con el máximo objetivo de disputar un tercer puesto y viendo como la distancia entre la otra liga se aumenta domingo a domingo, nos planteamos si Unai merece seguir gozando del indulto de nuestra crítica, aludiendo a sus resultados y excusándonos en la situación económica y precaria del club.

Pero lo que es más peligroso aún, es que hasta ahora has salvado las temporadas gracias a una mediocridad absoluta de tus competidores directos que te han permitido el dudoso honor de ser el vencedor de la liga de los malos. ¿Quien te asegura que eso seguirá pasando? La respuesta es nadie.
Sin embargo dejaré a un lado el pesimismo y no contaré con la posibilidad de que se empeoren los resultados al final de temporada, ya que de ser así no creo que hubiera debate alguno en junio.


La realidad que no se puede esconder es que el técnico de Hondarribia ha gozado de tiempo suficiente como para despejar toda duda de la cabeza del aficionado y de hecho lo está consiguiendo, porque creo que pocos valencianistas siguen convencidos de que sea la persona indicada para seguir entrenando al equipo durante más tiempo.


Podríamos valorar además que porción de la culpa aportan los jugadores y la directiva al problema, pero al final el responsable del juego siempre será el mismo, el que dirige el banquillo en los partidos y en su correpondiente preparación deportiva. Es el que supuestamente tiene la capacidad de decisión en los aspectos futbolísticos del club.


El señor Unai, con su última renovación pidió que se realizara una limpieza de vestuario que todos sabemos que no se completó. De la conocida lista negra, tan solo dos hombres quedaron en la plantilla, aunque teóricamente, se ficharon jugadores para sustituirlos, al menos momentáneamente.


Si la gestión fue buena o mala, habría que achacársela a los encargados de las negociaciones, pero la realidad es que el técnico se tragó su orgullo y los jugadores siguen siendo clave en las alineaciones de la mayoría de partidos disputados, con lo que la responsabilidad vuelve a recaer sobre el que los selecciona para jugar.


Al final del asunto, el argumento irrefutable que demuestra que se acabó el credito que tenía este entrenador se obtiene al despejar una sencilla ecuación. Con distintas plantillas se cometen los mismos fallos y en el mismo tipo de partidos. El único que está en todos los encuentros es Unai Emery, que repite una y otra vez los mismos errores.


Sigue sin dominar la lectura del partido para solventar las complicaciones que se produzcan y la mayoría de sus cambios no aportan nada, como ocurrió el pasado miércoles y además se producen demasiado tarde


Sigue sin utilizar un sistema de juego que valga para todos, y hace constantes cambios que trastocan al equipo en muchas ocasiones, solo acertando en el planteamiento de determinados partidos. Sabemos que le gusta el 4-3-3, pero nunca parece funcionar.


Siguen faltando jugadores referencia en algunas líneas que den un paso al frente cuando el equipo lo necesite. Un ejemplo es que cuando peor se pone un partido suelen entrar al campo los jugadores que menos ritmo de juego y peso específico tienen dentro de la plantilla.


Acabaré el tostón diciendo que lo peor de todo y por lo que pienso que es necesario un cambio de entrenador es porqué el equipo no transmite ilusión. Cada vez que se encadenan dos o tres buenas actuaciones le siguen desastrosos episodios futbolísticos que se repiten cíclicamente y que se van sumando para acrecentar la falta de fe de los aficionados.

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