viernes, 30 de marzo de 2012

Pesadilla en Emery Street. episodio final?

Soy masoca, lo se. Vuelvo a escuchar a Emery, pero esta vez ni siento ni padezco. Bueno padecer un poco, porque escuchar discursos caducados y poco, perdón, nada creíbles, molesta un poco. Pero me consuelo con saber que cada rueda de prensa eterna que nos ofrece Unai después de cada última derrota está más cerca de ser la última.

domingo, 25 de marzo de 2012

Getafe 3 – 1 Valencia: La crisis se confirma

Apenado por ver en lo que se está convirtiendo el Valencia, vuelvo a escribir mientras escucho otra vez las mismas palabras tristes, sin credibilidad y de trámite que emite Unai  Emery en rueda de prensa. Hoy su equipo ha cosechado una derrota más, esta vez ante un Getafe que quitando los primeros minutos tuvo el control de la situación en todo el partido, sin necesidad de tener la posesión.


imagen extraída de www.superdeporte.es
Esta vez no hay excusa, esta vez no hubo penalti injusto, no hay nada que objetar, salvo la propia inoperancia y pasividad de los jugadores valencianistas. Porqué si la última vez cargué mis críticas hacia los errores del entrenador, mil veces expuestos y de sobra conocidos, hoy toca hablar de la actitud pasota e indolente de muchos de los jugadores de nuestro equipo.

jueves, 22 de marzo de 2012

Análisis de un ridículo. Parte II: La indolencia perfecta


Siguiendo con el análisis de los ridículos, algunos señalarán a la actitud conformista y tranquila de los jugadores, a la falta de garra para ganar cómodamente y agradando un partido de trámite. Otros argumentarán la falta de calidad de la plantilla. Yo estoy entre los que ven al entrenador como máximo responsable de los esperpentos futbolísticos de  los que hemos sido testigos.


fotos de ridículos
Y vale, algunos diréis: “no es el único culpable”, el no tiene culpa de que Aduriz ayer emulara a Carew y fallara lo indecible, convirtiéndose en Adurew (entiéndase las bromas después del cabreo, aunque aprecio su gran profesionalidad), ni de que el árbitro haya hecho uno de los fails más grandes desde que aquel linier pelirrojo nos anulara un gol por fuera de juego.


Pero en mi opinión sí que es el responsable de espolear a un equipo cuando se duerme en los laureles, cuando ha de meter una quinta marcha, cuando hay que sacar la garra, cuando hay que hacer un cambio para sorprender o rematar al rival. No vale el tener la pelota y ser superiores para no realizar ningún cambio. Hay que reaccionar desde el banquillo antes de que lo haga el espectador. Porque en partidos como los de ayer no te sirve acabar con más golpes sino ganar por K.O. Y si algo no funciona intentar otra cosa.


Decía Emery en la rueda de prensa, tediosa por cierto, que habían jugado para ganar. Pues bien, lo dudo. Y me explico. No es lo mismo ser superior en un partido, dominar, tener posesión, incluso gozar de más oportunidades, que mostrar esa actitud ganadora que echamos en falta y que veíamos años atrás en nuestro Valencia.




fotos de ridículos
Os imagináis si un Mou o Guardiola hubieran perdido los mismos partidos, contra los mismos débiles rivales como nosotros. No creo que sus aficiones les perdonasen porque hayan sido mejores. Hay que dar algo más que 40 centros malos al área y la mitad sin posibilidad de remate. El técnico ha de encontrar soluciones y alternativas a un sistema cuando este es asimilado por el rival y aplacado satisfactoriamente como ayer.


La realidad es que esas alternativas, esas modificaciones durante los encuentros no se producen nunca cuando la cosa se pone fea. Hemos visto mil y una alineaciones distintas, incluso varios sistemas que se cambian cada cierto tiempo, como si dependiendo del mes en el que estemos el Valencia tuviera una personalidad. El resultado al final, es que los sistemas fallan todos al mínimo contratiempo, debido a que no están ensayados. No hay automatismos porque no hay ni habrá un once representativo que juegue siempre igual.


Este Valencia y esta afición necesitan un nuevo entrenador que dote con una idea clara de juego a los futbolistas, que mantenga su motivación y que no titubee en sus planteamientos. Si este cambio no llega, esa ilusión que tanto se busca se apagará lentamente hasta no existir y ojo porque ya hace tiempo que viene menguando.


Cuando la victoria es necesaria, para aumentar diferencias con los perseguidores o para acercarse a los de arriba, se falla, se echa por la borda el trabajo de anteriores partidos y se vuelve a vaciar esa famosa botella que cada vez tiene menos ilusión. Al igual que se va vaciando poco a poco el campo, quedando las entradas en medio llenas o medio vacías, depende como lo quiera ver Lolo.




fotos de ridículos
El caso es que este equipo con más o menos calidad se ha mantenido sin problemas en la tercera plaza que da acceso a Champions league durante 3 años sin mayor problema, pero sacrificando la emoción de luchar por nada más allá que un mísero y frío objetivo monetario, una clasificación facilitada en parte por la mediocridad en la que están sumidos nuestros rivales teóricamente directos.


Ahora esos rivales despiertan y se suma el otro equipo de la capital, dispuesto a seguir soñando en superarnos al mínimo tropiezo que tengamos. ¿Debemos seguir manteniéndonos a costa de un puesto que no contenta a nadie por la forma de conseguirse? ¿Hemos de esperar a que tarde o temprano dejemos de tener ese hueco privilegiado y nos adelanten sin capacidad de reacción?


Hasta ahora, nos hemos mantenido obteniendo unos resultados bastante regulares, tanto en derrotas como en victorias, tanto en buenos como malos partidos, repitiéndose los mismos fracasos calcados prácticamente cada temporada. Esta mediocridad resultadista es la que ha permitido que Emery y su presidente hayan gozado de una inmunidad alargada en el tiempo.


En otras épocas el equipo perdía la identidad, se desinflaba, sufría crisis deportivas graves que se alargaban hasta que un ridículo muy sonado acababa con la cabeza del entrenador. El de Hondarribia sin embargo ha conseguido dotar al equipo de una pereza matemática. Así, los jugadores encadenan 2 o 3 actuaciones decentes con algún partido ganado de manera solvente, inmediatamente bajan los brazos y dejan escapar unos cuantos puntos seguidos.
fotos de ridículos
Hay quien cree que esto en ocasiones es premeditado y que sirve de escusa para que no se les exija llegar a cotas más altas, a hacer frente a los Barsa-Madrid. Para tener una comodidad que no les suponga un sobreesfuerzo a la hora de conseguir un objetivo. Yo bautizo esta actitud como una Indolencia perfecta. Aquella que permite fusionar un un  máximo número de ridículos deportivos junto con espejismos puntuales en forma de buenos partidos y que maquillan esa indolencia, haciéndola por tanto perfecta.


Y por último lanzo unas últimas preguntas para ir reflexionando: ¿Qué jugadores sobran? ¿Cuáles de ellos son imprescindibles? ¿Qué entrenador necesita el Valencia? ¿Cual está dispuesto a traer Lolo? ¿Qué jugador es incapaz de vender Lolo?




Fotos extraídas de www.superdeporte.es

Análisis de un ridículo. Parte I: Perder contra el colista

Escribo este artículo mientras escucho las palabras de Unai intentando explicar una derrota valencianista imposible de explicar. El Valencia Cf, perdió la pasada noche en Mestalla delante de su afición contra el colista de la liga, en un partido donde todo estuvo de cara salvo un penalti inventado por el árbitro que permitió al Zaragoza empatar el partido que previamente había puesto de cara Pablo Hernández al rematar la asistencia de Soldado.

foto extraída de www.superdeporte.es


Llevo tiempo sin escribir y no es mi intención ofender a ningún aficionado de ningún equipo de los que aquí se hablen. Mi único propósito es plasmar lo más gráficamente posible cual es mi sensación y quizás la de muchos otros aficionados después de sufrir uno de los muchos esperpentos que ha protagonizado nuestro equipo esta temporada.


El partido empezó de una manera inmejorable, marcando pronto un gol, creando ocasiones debidas sobre todo a la defensa adelantada del Zaragoza. Se preveía una goleada sencilla, que junto con el buen partido de Bilbao llenara un poquito de ilusión a la sufrida y decepcionada afición. Pero nada de eso ocurrió.


Lo que realmente ocurrió finalmente es lo que un servidor ha visto demasiadas veces en los últimos años. Un cúmulo de despropósitos protagonizado por el equipo y su técnico que no tienen explicación, pero que se repiten de vez en cuando. El 1-2 final sin ser justo en cuanto a estadísticas del partido es un justo castigo por la inoperancia y la falta de aprendizaje de nuestro equipo ante el mínimo contratiempo.


Desde que el árbitro sorprendentemente concediera un penalti inexistente al equipo maño para empatar, el Valencia fue incapaz de encontrar una idea de juego que aprovechara su superioridad numérica en el campo. No encontró los espacios que tenía jugando en igualdad de condiciones. Unai una vez más fue lento, o erró al no leer lo que necesitaba el equipo en cada momento.


Contra diez, continuamos manteniendo a Albelda como pivote defensivo. Se continuó buscando centros, a cual más previsibles sin buscar una segunda jugada, sin enlazar jugadas trenzadas por medio de paredes ni nada que se le pareciera. Este equipo se limita a estar un minuto con el balón para acabar dándoselo al primero que la tenía que haber recibido. Es decir, posesiones eternas que solo consiguen desesperar y facilitar la labor defensiva del rival.


Los cambios no supusieron ninguna mejora. El juego era el mismo. Adúriz fallaba todos los pocos centros que llegaban con opciones de remate y Soldado fue un pasador cuando tuvo que haber sido un rematador. Aunque éramos más, inexplicablemente estábamos lejos unos de otros y sufrimos las poquísimas veces que nos hicieron el contraataque, fruto de estar todos por delante de la pelota. Hecho que causó el gol de la victoria maña y el posterior cabreo de la afición.


Lo malo de todo es que no sorprende, o al menos no a mí. Y ojo que siempre he sido optimista, pero es que con este equipo sabes que es una de cal y una de arena. Lo que te transmite positivamente un partido, lo hace negativamente el siguiente.


foto extraída de www.superdeporte.es


No pude ver el partido del domingo presuntamente bueno contra un muy buen Bilbao. Pero habiendo cosechado un 3-0 en casa de unos leones que realmente lo son esta temporada, aún cansados de la eliminatoria contra el ManU, no se puede explicar el penoso espectáculo ofrecido contra el equipo más flojo de la categoría. 


Los pañuelos empiezan a asomar en la grada, cada vez más visibles y yo me pregunto si no deberíamos pensar también en dirigirlos hacia el palco...Continuará...

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