Pesadilla en Emery Street. episodio final?

Soy masoca, lo se. Vuelvo a escuchar a Emery, pero esta vez ni siento ni padezco. Bueno padecer un poco, porque escuchar discursos caducados y poco, perdón, nada creíbles, molesta un poco. Pero me consuelo con saber que cada rueda de prensa eterna que nos ofrece Unai después de cada última derrota está más cerca de ser la última.



Este post será corto, porque aunque se podían contar mil cosas, las mil se habrían escuchado ya, y no estoy tan inspirado después de 3 derrotas seguidas como para inventar argumentos nuevos que comentar en el blog. Podría hablar de los fallos tácticos de Unai, pero es cansino y además de nada serviría, puesto que a estas alturas no confío en que cambie su mentalidad futbolística. Si acaso darle mi consejo de aquí al final de temporada. Haz lo que quieras, pero deja a dos hombres más por detrás de la pelota, o junta las líneas cuando atacas. No hagas locuras si puedes contenerte. Por lo menos deja un buen sabor de boca que mejore tu recuerdo en la afición valencianista.

Si no sucede algún milagro repentino que nos haga ganar la Europa League, que por el momento tenemos cuesta arriba y nos clasificamos tranquilamente para la Champions (esto último más factible), en junio Unai pasará a formar parte de la historia pasada del Valencia Cf. Así que ahora de nada sirve debatir demasiado sobre la solución a los errores defensivos o torturarnos sobre la manera alocada en la que atacamos. Seguiremos viendo más o menos lo mismo, con mayor o menor fortuna en la definición.

Yo al menos zanjo el tema Unai y me dispongo a concentrar mis fuerzas para sobrevivir a estos últimos partidos que nos quedan por ver, intentando no desfallecer durante el visionado y no perder demasiado los nervios. De hecho, lo preocupante es que cada vez me pongo menos nervioso porque me identifico menos con el equipo, supongo. Seguiré siendo del Valencia y maldiciendo esas enormes diferencias con Barsa y Madrid pero esperaré paciente a renovar mi ilusión para la próxima campaña. Esperaré con fe a que aquellos tiempos en el que teníamos un equipo ambicioso y competitivo vuelva por fin y que nos sintamos orgullosos de llevar el valencianismo en nuestros corazones.

Sobre lo de hoy, muy poco que contar. ¿Se ha jugado mejor que el domingo? Si, ¿Hemos merecido perder? Creo que no. Pero, ¿Cambia algo? No, todo sigue igual. Los mismos defectos y cada vez más visibles. ¿Qué hacemos a partir de ahora? Aunque nos cueste, deberíamos animar al equipo en Mestalla, poner nuestra parte para conseguir ese objetivo importante aunque mediocre que nos permita ilusionarse en una nueva temporada.

No será fácil, pues además de resolver el tema Unai Emery, tendremos que exigir un proyecto ambicioso a los que han de buscarle sustituto, y para eso tendremos que hacer mucha fuerza. Hay que despertar poco a poco de esa pesadilla en la que hemos estado durmiendo durante estos cuatro años y volver a descubrir la pasión por el fútbol.
Buenas noches y me quedo con el gol de Topal.