jueves, 22 de marzo de 2012

Análisis de un ridículo. Parte I: Perder contra el colista

Escribo este artículo mientras escucho las palabras de Unai intentando explicar una derrota valencianista imposible de explicar. El Valencia Cf, perdió la pasada noche en Mestalla delante de su afición contra el colista de la liga, en un partido donde todo estuvo de cara salvo un penalti inventado por el árbitro que permitió al Zaragoza empatar el partido que previamente había puesto de cara Pablo Hernández al rematar la asistencia de Soldado.

foto extraída de www.superdeporte.es


Llevo tiempo sin escribir y no es mi intención ofender a ningún aficionado de ningún equipo de los que aquí se hablen. Mi único propósito es plasmar lo más gráficamente posible cual es mi sensación y quizás la de muchos otros aficionados después de sufrir uno de los muchos esperpentos que ha protagonizado nuestro equipo esta temporada.


El partido empezó de una manera inmejorable, marcando pronto un gol, creando ocasiones debidas sobre todo a la defensa adelantada del Zaragoza. Se preveía una goleada sencilla, que junto con el buen partido de Bilbao llenara un poquito de ilusión a la sufrida y decepcionada afición. Pero nada de eso ocurrió.


Lo que realmente ocurrió finalmente es lo que un servidor ha visto demasiadas veces en los últimos años. Un cúmulo de despropósitos protagonizado por el equipo y su técnico que no tienen explicación, pero que se repiten de vez en cuando. El 1-2 final sin ser justo en cuanto a estadísticas del partido es un justo castigo por la inoperancia y la falta de aprendizaje de nuestro equipo ante el mínimo contratiempo.


Desde que el árbitro sorprendentemente concediera un penalti inexistente al equipo maño para empatar, el Valencia fue incapaz de encontrar una idea de juego que aprovechara su superioridad numérica en el campo. No encontró los espacios que tenía jugando en igualdad de condiciones. Unai una vez más fue lento, o erró al no leer lo que necesitaba el equipo en cada momento.


Contra diez, continuamos manteniendo a Albelda como pivote defensivo. Se continuó buscando centros, a cual más previsibles sin buscar una segunda jugada, sin enlazar jugadas trenzadas por medio de paredes ni nada que se le pareciera. Este equipo se limita a estar un minuto con el balón para acabar dándoselo al primero que la tenía que haber recibido. Es decir, posesiones eternas que solo consiguen desesperar y facilitar la labor defensiva del rival.


Los cambios no supusieron ninguna mejora. El juego era el mismo. Adúriz fallaba todos los pocos centros que llegaban con opciones de remate y Soldado fue un pasador cuando tuvo que haber sido un rematador. Aunque éramos más, inexplicablemente estábamos lejos unos de otros y sufrimos las poquísimas veces que nos hicieron el contraataque, fruto de estar todos por delante de la pelota. Hecho que causó el gol de la victoria maña y el posterior cabreo de la afición.


Lo malo de todo es que no sorprende, o al menos no a mí. Y ojo que siempre he sido optimista, pero es que con este equipo sabes que es una de cal y una de arena. Lo que te transmite positivamente un partido, lo hace negativamente el siguiente.


foto extraída de www.superdeporte.es


No pude ver el partido del domingo presuntamente bueno contra un muy buen Bilbao. Pero habiendo cosechado un 3-0 en casa de unos leones que realmente lo son esta temporada, aún cansados de la eliminatoria contra el ManU, no se puede explicar el penoso espectáculo ofrecido contra el equipo más flojo de la categoría. 


Los pañuelos empiezan a asomar en la grada, cada vez más visibles y yo me pregunto si no deberíamos pensar también en dirigirlos hacia el palco...Continuará...

1 comentario:

  1. Ángel, yo ya no se que comentar y decir sobre el Valencia, en el blog he puesto dos tonterías porque me resulta imposible analizar algo sobre este equipo. Es un despropósito continuo.

    Lo de ayer (si bien faltó suerte), el enésimo ridículo. Y según algunos la culpa es de la afición...

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