Después del parón liguero, de estar entretenido con las
reuniones rebeldes contra el duopolio de la liga española y de seguir atento a
la evolución del canon radiofónico, por fin, tocaba liga. Había ganas de ver
rodar el balón y de ver como lo movían los jugadores del Valencia, en especial
las nuevas incorporaciones.
El partido del sábado estaba marcado por la reincorporación
al once inicial del apodado como eterno indultado del equipo, Miguel Brito (del que
hablo al final) y también por el debut en la zaga valencianista del recién
fichado Victor Ruiz que acompañó a Rami como pareja de centrales. El encuentro
prometía emoción, ya que el rival era nada menos que el Atlético de Madrid. Una
prueba de nivel más que apta para medir la categoría de plantilla que se ha
confeccionado en Valencia.
El resultado fue un escueto 1-0 que sirvió perfectamente para
conseguir el objetivo deseado, unos tres puntos que sitúan al Valencia colider en lo
alto de la tabla, aunque este hecho es meramente anecdótico, teniendo en cuenta
que solo se han disputado dos jornadas de liga.
A pesar del corto resultado, disfruté de un buen partido
entre dos grandes equipos que pretenden robarle algo de protagonismo a los de
siempre. Volví a sentir la emoción de levantarme del sofá gracias al gol de
Soldado. El valenciano sigue con su racha y llama cada vez más fuerte a las
puertas de la selección. Que pena que el dueño de la casa roja, esté cada día
más sordo, ofuscado por convocar a blaugranas y a merengues con la ilusión de
que estos sean de nuevo los mejores amigos del patio de colegio de Mou.
Vuelvo con el Valencia CF, el que me importa y me doy cuenta
de que con un pelín de suerte volveremos a tener una defensa seria, a falta de
que se vaya demostrando en próximos compromisos. De momento el sábado,
contuvieron con éxito los últimos embistes de los colchoneros, ayudados por un Guaita que demostró de nuevo lo que vale, aunque quizás no
hubiera hecho falta si Unai no hubiera cometido el error de dejar el medio del
campo sin peloteros. El vasco dudó y eligió por cambiar a Tino por Topal para
acompañar a Albelda y dejó partido al equipo que se dedicó unicamente a esperar
atrás sin ser capaces de ligar una jugada a la contra que diera la tranquilidad
a la grada.
Hablando de la grada, me acuerdo de que tengo que expresar
mi opinión del TT del Valencia estos días, el “caso Miguel” y voy a decir lo
que quiero antes de que la vorágine de partidos que nos espera, consuma lo que
aún es actualidad.
El portugués fue perdonado por Unai por enésima vez y pasó
de no contar para nada a ser titular de la noche a la mañana con disculpas
públicas del propio jugador incluidas.
Después de varios años viendo los mismos comportamientos
extradeportivos y los castigos que le impone el entrenador con los
consiguientes indultos, ya no me creo ni una sola palabra de arrepentimiento.
Pero es que además de no estar de acuerdo con que semejante
poco profesional vista el blanco y el negro y represente un club seguido fielmente
por miles de aficionados, tampoco espero nada en el tema puramente deportivo.
Quizás los partidarios de aprovechar, mientras tenga contrato
en vigor, las cualidades del teórico mejor lateral valencianista que tenemos,
se conformarán con que de vez en cuando haga un partido de cara a la galería, suba como un pollo sin cabeza por la banda
hasta que le entren calambres en las piernas, (síntoma del pobre estado de
forma seguramente), y también con que casualmente diera el centro del gol de
Soldado (magníficamente rematado por cierto), pero yo veo además los muchos
partidos en los que no ha demostrado ser mejor que el lateral más mediocre
existente, veo también los fallos estratégicos del sábado (que los hubo y
muchos) que bien pudieron costar goles encajados, y que queréis que os diga,
será manía mía, pero es que la gran mayoría de los centros que hace son
malísimos (no se si lo veré yo solo, pero es lo que pienso).
Por tanto mi conclusión es que ni por la calidad futbolística
que aporta, ni mucho menos por lo que pueda aportar a la imagen del club o al
vestuario, ni una cosa ni la otra me parecen argumentos para seguir contando
con el jugador.
Se me acabaron las oportunidades, no creo en él y punto. No
entro a juzgarlo como persona, que podrá ser un buen chaval, un buen compañero
y no diré que mal futbolista, sin embargo con el tiempo se ha demostrado lo
poco profesional que es y el poco bien que le puede hacer a nuestro equipo.
Zanjado pues el tema polémico del mes, a partir de ahora me
preocuparé de la Champions que viene inminentemente y me centraré en esperar lo
mejor de los nuevos chicos y en ir alimentando poco a poco esa eterna esperanza
de conseguir algo grande en forma de copa.
Si fueramos un club serio, Miguel debería haber abandonado el Valencia este verano, pero además el 30 de junio.
ResponderEliminarOtra cosa que no me gustó nada del partido fue el cambio de Topal por Tino. Fue esperéntica la recta final del partido del VCF, sin salir del área ni oler la pelota. Saludos.