lunes, 22 de octubre de 2012

Encontrando el optimismo con cautela


Hace poco menos de una semana andaba yo como loco buscando una chispa que encendiera de nuevo esa pasión olvidada por ver cada partido de liga. Un rastro de optimismo que intentaba seguir con el objetivo de hacer más llevadero el seguimiento de nuestro Valencia CF durante la temporada que nos espera. Seguir el día a día de nuestro club y en especial el apartado deportivo en cada partido no me suponía gran esfuerzo hace unos años, sin embargo las últimas campañas se han hecho inesperadamente largas para muchos aficionados ches entre los que me incluyo.

Buscando el optimismo, me dispuse a encontrarlo viendo el partido del sábado con especial interés. Era el momento de que el equipo consiguiera ese resultado positivo que muchas veces solo esconde los defectos, pero que a su vez, es siempre necesario para empezar a enmendarlos definitivamente. Por suerte se consiguió, el equipo ganó tres puntos de oro para ir alejándose de posiciones comprometidas y además con una remontada final como hacía tiempo que no vivía el valencianismo, de esas que llamamos épicas.

Una vez calmada la sobredosis de moral inicial, pude captar como más allá de las lógicas reacciones eufóricas, la remontada había sido sabiamente asumida por muchos bloggers amigos con precaución, evitando dejarse llevar por falsas alegrías y animando al lector a tomarse con paciencia y cautela los posibles signos de recuperación del equipo.

Por una parte estoy de acuerdo en ser cautos, en no alzar los brazos tan rápido por un simple partido. Hay que ser conscientes de los errores que se cometieron, sobre todo en la zaga valencianista y más concretamente de la empanada de los centrales. Los goles fueron consecuencia de la falta de coordinación y la contundencia defensiva y fueron encajados en las pocas llegadas que tuvieron los bilbaínos en la primera parte. Los problemas defensivos son un lastre que arrastramos durante mucho tiempo y será misión especial para Pellegrino el poder dar con la solución. Ésta podría demandar incluso algún fichaje de urgencia en el mercado de invierno o seguir probando con canteranos como Carlos Delgado que tuvo un buen debut nada menos que en Champions en la victoria que consiguió el equipo ante el Lille.

No hay que olvidarse de otros problemas en el apartado de la creación que hacen referencia al centro del campo, donde se evidencia una falta de control del tempo del partido, una mayor seguridad en las transiciones ataque-defensa y en la dificultad de asegurar la posesión evitando pérdidas que puedan desembocar en los temidos contragolpes. Algo que podría resolver en parte la vuelta de los lesionados.

Sin embargo no me quiero centrar únicamente en lo negativo ya que como decía al principio mi misión es buscar los puntos fuertes a los que agarrarse y recuperar la fe en el equipo. Por tanto y exponiendo las conclusiones positivas me quedo con un puñado de ellas que espero sirvan para dotar de más confianza a Pellegrino y a los futbolistas para continuar en su crecimiento como grupo.

Entre ellas destaco la capacidad de reacción exhibida para remontar dos veces un resultado adverso, las actitudes de pelea y entrega que superaron ampliamente a las más indolentes, así como la búsqueda insistente de la victoria que fue facilitada sin duda por la superioridad numérica de la segunda mitad del encuentro, pero que también tuvo su causa en los hombres elegidos por el mister para dotar refresco al once inicial. Así vimos un alegre reencuentro de Banega con su público que pudo disfrutar de nuevo de la calidad de este futbolista durante los minutos finales y también vimos el efectismo de un Valdez que con un tremendo cabezazo batía la portería defendida por Iraizoz permitiendo al Valencia sumar los tres puntos ya en el tiempo añadido.

Tampoco me quiero olvidar del buen papel que tuvo el chaval Bernat que al igual que otros hombres aportan su candidatura para competir por un mismo puesto en la alineación inicial. De momento se ha conseguido algo y es que la afición vuelva a hablar de fútbol y de debates sobre la titularidad de algunos futbolistas, algo que es mucho más sano que tener que hablar de las lastimosas operaciones y declaraciones de la directiva.

El análisis lo cierro ya, esperando que los signos positivos que deja el fin de semana se afiancen en Champions, donde la victoria se ha convertido también en algo vital para las aspiraciones de clasificación del Valencia que ve como la liguilla pasa de ser cosa de dos a estar peleando con un nuevo aspirante, el próximo rival a batir, el Bate Borisov.

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