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domingo, 20 de octubre de 2013

Valencia 1 - 2 R.Sociedad: Olvidemos el partido


Después de dos semanas de parón liguero que frenaba la buena racha valencianista y su recuperación casi milagrosa me invadía un inusual mono valencianista que me hacía desear ver seguir la buena racha y comprobar que lo que empezó a verse en el nuevo San Mamés era realmente un atisbo de cambio en el juego del equipo y no únicamente un episodio aislado de buena interpretación futbolística.

El partido contra la Real se había hecho esperar mucho y además venía precedido de un sentimiento de necesidad de venganza que no suele ser buena compañía y que acostumbra más a desequilibrar y enturbiar el ambiente que a templar los ánimos para la ocasión. Esta vez quería presenciar bien el choque y ante la imposibilidad de asistir al santuario me preparé para ver el encuentro cómodamente sentado en mi bar de confianza. Durante los 90 minutos no perdí la concentración más allá de los tragos al botellín de cerveza que calmaban la sed de contemplar una victoria que unira buen juego y resultado y se convirtiera en el trampolín hacia el despegar definitivo del equipo. El árbitro pitaba el final y junto a mi padre que había sido el compañero de fatigas ideal debatíamos de camino a casa lo injusto que es a veces el fútbol. El Valencia no había estado brillante, eso no cabe duda, pero la Real se había llevado un premio que ciertamente poco mereció.

A veces me siento solo cuando trato de defender la actuación del Valencia en determinadas situaciones y no hablo de sentirse solo ante los rivales o los garrulos de turno que solo intentan burlarse, crear gresca o alabar a sus equipos frente a los demás. Lamentablemente me siento solo ante la mayoría de compatriotas valencianos que viven en un derrotismo continuo. Este derrotismo puede estar bien justificado por todos estos años de sinsabores, por la situación del club en lo financiero y la inseguridad que ello crea ante un futuro incierto, pero no debe ser la excusa para verlo todo siempre negro haciendo de cualquier tropiezo el pretexto de mezclar churras con merinas. Yo mismo caigo a veces en el pesimismo, de hecho ultimamente más de lo que acostumbra a ser sano, algo que se agrava con la crisis general que se vive en el país, pero aún así considero vital hacer un esfuerzo en dosificar las críticas y en establecer las mismas cuando más oportuno es y más justas son y justamente en este partido sobran muchas de ellas.

Hablando del partido en concreto, por supuesto que hay cosas mejorables y por lo tanto criticables, pero uno lee críticas que parecen algo ya manido, más común de un tópico que de una realidad momentánea. Nos podemos quejar de la falta de calidad del equipo, de las carencias en algunas fases del partido en cuanto a la creación de peligro o de ocasiones claras de gol. Podemos opinar del técnico, de los hombres elegidos en cada posición o de los cambios realizados. Nos podemos quejar de muchos asuntos en un partido pero no entiendo como lo que muchos veían luces en el equipo en su empate contra el Bilbao hoy se tornan en sombras y tinieblas en la derrota frente a la Real. Lo que parecía como un resurgir del buen juego en tierras vascas hoy se convierte en un paso atrás frente a un rival directo y de Champions. ¿Es que acaso se jugó mucho peor ayer que hace dos semanas? Si es así yo he visto otro partido y el que he revisado esta mañana ha sido amañado por completo.

Yo vi un partido en el que claramente se dominó, no cabe duda de esto al menos hasta el gol realista, me puedo apoyar incluso en las estadísticas, posesión, remates, corners, todos ellos datos que benefician al Valencia CF. El equipo intentó llevar el peso del partido y buscar la victoria hasta el final. La Real defendió soberbiamente a un Valencia que le sobraron imprecisiones sobre todo en el último pase o centro al área y donde los hombres de arriba, Postiga y Jonas fallaron demasiado. Sería injusto por otra parte no citar el gol anulado del brasileño que hubiera significado probablemente otro desenlace y nótese que no me quiero justificar con la actuación arbitral aunque esta haya sido bastante nefasta. Se ha atacado a Banega una vez más y he de decir que estuvo casi perfecto hasta el segundo gol de la noche cuando esta vez sí, el Valencia se sintió más tocado y con menos ideas, incapaz de encontrar la solución para atravesar una férrea defensa del equipo rival. Quizás el cansancio de los compromisos internacionales hiciera mella en el argentino, pero estuvo más atinado en los pases, renunció a la conducción innecesaria y mantuvo la posición que mejor le va al equipo, situarse justo por delante de los centrales para construir el juego desde atrás con criterio. Su sustituto fue Parejo que dispuso argumentos para poder demandar más minutos en el campo. Sería también faltar a la verdad si no admitiera que la Real pudo matarnos en las contras pero fueron momentos aislados, nunca tuvo la decisión de ir al ataque, se encontró con un resultado buenísimo y supo como mantenerlo a la perfección.

Para el resto de los nombres propios del partido toca citar a Djukic, el otro gran atacado de la noche incluso precozmente sentenciado en muchas ocasiones. Y es que al serbio se le pueden achacar fallos, pero no darle el tiempo justo para enmendarlos sería no tolerar ahora lo que tanto hemos aguantado en otros técnicos desde la triste marcha de Benítez. Venía un tiempo criticando la labor por la banda de Pabón y su cambio de posición en la segunda parte convertido en punta de lanza del equipo puede que sea la nota final que haga reflexionar de una vez al mister. La asignatura pendiente que le achaco aún sigue siendo la elección de las piezas para componer la banda izquierda, donde Guardado no me termina de convencer y Bernat debería ser más protagonista. También se le puede reprochar su falta de confianza en Alcacer viendo que Postiga no atraviesa su mejor momento, con un delantero más acertado el resultado podía haber sido otro. No obstante, todas estas decisiones siguen sin ser suficientes por ahora para que deje de confiar en las posibilidades de Djukic al frente del equipo. Si por el contrario queremos valorar la planificación de la plantilla, el debate hay que alejarlo de una mera crónica post partido ya que si no caeremos de nuevo en el error de mezclar demasiados conceptos y olvidarnos del objetivo.

Hace un mes pedíamos tan solo que el equipo le echara huevos y cambiara de actitud para mantener nuestra confianza y animarles sin tregua, el equipo respondió bien. Hace dos semanas pedíamos ver algo más de fútbol y no solo defenderse con uñas y dientes, esto surgió en Bilbao. Bien, si ahora que el equipo está respondiendo reprochamos que lo intente aunque no se consiga una victoria quizás tenemos que decidir que es lo que esperamos de nuestro equipo antes de pedir explicaciones. Se acepta debate si no estáis de acuerdo.

foto extraída del facebook oficial del Valencia CF.

martes, 8 de octubre de 2013

Athletic 1 - 1 Valencia: Apareció el buen juego



El Valencia visitaba el nuevo San Mamés con la intención de seguir en la buena racha que viene acompañando al equipo desde la victoria contra el Sevilla. En poco más de una semana se habían conseguido 9 puntos y remontar el vuelo en Europa, aunque para ello se ha tenido que sufrir viendo al equipo sacrificar el buen trato con el balón por la contundencia defensiva y el juego directo. Un sacrifico que se antojaba necesario si se quería salir del pozo de mediocridad en el que Djukic y los suyos se metían irremediablemente.

Bilbao se había convertido en la plaza ideal para sacar a relucir un juego más sólido y vistoso y mostrar así argumentos de peso que permitieran creer realmente en las aspiraciones del equipo. Quizás la confianza que da sentirse más alejado de la zona de peligro en la clasificación y la posibilidad de acercarse al objetivo de puestos europeos haya sido la clave para que por fin los valencianistas gozáramos de un partido con sabor a fútbol donde volvieron a brotar buenas combinaciones con el balón jugado, posesiones más prolongadas y una estrategia más depurada en cuanto a colocación y movimientos de los nuestros.

El 1-1 conseguido contra el equipo del ex-técnico valencianista Valverde suma solo un punto que sabe a poco después de la imagen mostrada por el Valencia en tierras vascas. La puntería de cara a puerta falló para matar un encuentro en el que en el cómputo general  fue mejor el Valencia que creaba mayor sensación de peligro cuando tenía la pelota y a su vez dejaba pocas opciones al rival cuando no gozaba de ella. Lástima el fallo defensivo en el gol de Mikel Rico que supuso el empate final.

Sin embargo más allá de los puntos la mejoría en el juego fue evidente y las críticas del partido son positivas con unanimidad. Se vió un Valencia más serio, con las ideas más claras y sin perder de vista ese espíritu de unión en el vestuario que poco a poco parece cuajar en la plantilla, donde el grupo prima sobre el jugador aún habiendo mejora también a nivel individual, como es el caso de Feghouli y el otrora secundario Barragán. Ambos completaron una buena actuación por la banda derecha. El argelino provocó el penalti sensacionalmente transformado por Banega y el gallego estuvo preciso para tapar las internadas del Athletic por su banda a la par que tuvo en sus botas el que hubiera sido el gol de la victoria. Sin llegar al nivel del lesionado Joao Pereira pero si cumplió perfectamente incluso dicho por él mismo, es el mejor partido de Barragán con el Valencia CF.

Por último, los otros nombres destacables son el de Mathieu, muy sólido atrás y sacando el balón con precisión y soltura, Jonas que no consiguió marcar pero estuvo muy activo tanto en la recuperación como en el ataque sacando dos magníficos disparos que atajó el meta bilbaíno. Banega que mejoró respecto a lo visto últimamente aunque sigue abusando en la conducción lo que provocó de nuevo algunas pérdidas inoportunas. Javi Fuego que se consagró como líder del centro del campo, siendo imprescindible en la destrucción del juego rival y sería injusto no alabar el debut liguero del chaval de la casa Paco Alcacer que lamentablemente no gozó de oportunidades claras de marcar pero rindió a un buen nivel digno de merecer más oportunidades como esta.

Quizás la nota negativa pueda estar en la banda izquierda donde no termina de convencerme Pabón y donde Guardado tuvo serios problemas para defender su banda. El colombiano se le ve demasiado anclado a su posición sin apenas desborde y sin la posibilidad de explotar su velocidad, en mi opinión rendiría mejor en punta. Djukic tendrá que pulir el once decidiendo que hombres son los ideales para ese lateral y extremo zurdos del equipo. Así que a la espera de ver como va creciendo el equipo y deseando que siga la mejoría me despido hasta la vuelta del parón liguero. Llega la hora de la selección pero yo ya tengo ganas de descubrir si por fin podremos disfrutar de un equipo aguerrido y con personalidad que nos sacie las ganas acumuladas de ver buen fútbol.

Fotos extraídas del Facebook oficial del Valencia CF

martes, 17 de septiembre de 2013

Betis 3 - 1 Valencia: Somos un desastre



Domingo 15 de septiembre, después de dos semanas de parón liguero, rojadirecta en mi navegador y yo buscando como loco un enlace en el que descubrir lo que había evolucionado el juego del Valencia después de los compromisos internacionales de muchos de los jugadores ches. Y es que parece mentira pero esos chavales que se arrastraban por el campo del Benito Villamarín son en su mayoría futbolistas que defienden los colores de selecciones de la talla de Argentina, Portugal o Francia entre otras.

No es de estañar si confieso que desde la intimidad del sofá de mi casa, fui capaz incluso de sentir vergüenza ajena del baile que los verdiblancos nos estaban dando. Del partido, poco que contar, poco bueno, porque errores y desatinos todos los que quieran mencionar. Por salvar algo positivo, las paradas del portero Diego Alves que nos salvó de una goleada mucho mayor, dejando el resultado final en un simple mal partido y escondiendo la realidad de una actuación como las peores que se le recuerdan a este Valencia.

Después de la última derrota contra el FC. Barcelona no dudé en defender al equipo debido sobretodo a la altura del rival y a la reacción que se vio en el césped en el que cuanto menos hubo una disputa por intentar la hazaña de conseguir una victoria épica. Sin embargo lo mostrado por esos mismos jugadores en Sevilla no es excusable de ninguna manera y después de 4 jornadas disputadas de competición liguera, la afición nos preguntamos cuáles son las causas del mal funcionamiento del equipo que solo ha conseguido 3 puntos de 12 posibles y que realmente no ha merecido ninguno más.

Teorías al respecto se barajan varias y voy a intentar opinar sobre algunas de ellas.

La teoría de hacerle la cama al entrenador

Esta ha sido una de las explicaciones que he escuchado más como rumor cíclico que surge en las malas rachas de resultados que porque realmente hayan pruebas al respecto.
Como causa es posible, nadie está enterado al 100% de lo que pasa por la cabeza de los futbolistas valencianistas ni de lo que se cuece en el vestuario. De hecho, han habido demasiados momentos en el que ésta ha sido la teoría que más fuerza ha cobrado para explicar antiguos descalabros y crisis de resultados. Crisis que acabaron como es común en cambio de entrenador y que no siempre, por no decir, casi nunca acaba siendo un revulsivo satisfactorio.
A favor de esta teoría podemos achacar la aparente dura disciplina que pueda ejercer Djukic a una plantilla que lleva demasiado tiempo acomodada y no quiere aceptar la exigencia que demanda un club grande a sus figuras. Si es así, choca radicalmente contra lo que afirman en rueda de prensa los jugadores incluyendo los capitanes quienes siendo preguntados al respecto no dudan en hacer autocrítica y asegurar que están con el técnico.
No tendría mucho sentido tampoco teniendo en cuenta que estos jugadores no pueden o no deberían estar acomodados por sus dilatados palmarés deportivos ya que estos brillan por su ausencia. Digamos para ser claros, que la triste imagen ofrecida en Cornellá y más visiblemente negativa en Sevilla, nada favorece a sus intereses si lo que pretenden es aumentar su cotización de mercado. 
El único motivo lógico que apoyara tal dejadez sería la intención de cargarse al técnico por preferir una figura más moldeable y con menor carácter que pudieran dominar a su antojo. Esto se solucionaría con un apoyo incondicional por parte del presidente a Djukic que dotara de mayor confianza si cabe al técnico y avisando de paso al personal de que si se cambiara de entrenador no se haría por nadie que no fuese al menos igual de duro o más que el actual entrenador.

La teoría de la culpa es del entrenador (que le viene grande el Valencia)

Como es lógico y habitual cuando los resultados no acompañan y no se ve evolución ni dirección clara en el equipo, se empieza a mirar al banquillo y más concretamente al entrenador, si éste es nuevo, con más motivo aún. Aunque de momento no hay un revuelo considerable de gente pidiendo la cabeza de Djukic, algunos, los más impacientes, empiezan a dudar de la capacidad del serbio para llevar a cabo el nuevo proyecto. 
Personalmente, no me parece que Djukic esté falto de carácter para llevar al grupo, considerando su manera de expresarse en prensa y los valores que supuestamente aplica al equipo.

Todos, hasta los más optimistas tenemos dudas, es normal. Sin embargo, no hay motivo para pensar que por culpa de Djukic profesionales del balompié realicen tal despropósito futbolístico en el césped. ¿O sí? 
Según comentan los periodistas, aquellos que siguen los entrenamientos y la actualidad diaria del equipo, no parece que sea culpa de los métodos de entrenamiento como tal. El mal podría estar en el sistema empleado, algo así como que los jugadores no se adaptan a él y no funciona con esta plantilla, lo que nos lleva a la tercera y última teoría.

La teoría de la falta de calidad y otros culpables

Si hablamos de que el sistema no es entendido por la plantilla, o de que no tenemos jugadores para jugar a lo que quiere Djukic, obviamente tenemos que hablar de calidad de jugadores, de técnica, de planificación de plantilla y esto donde nos lleva...inevitablemente es a pronunciar el nombre de Braulio, el máximo responsable de la dirección deportiva del club y que por tanto debería ser el encargado de elegir tanto los fichajes como la identidad gloval que ha de presentar el equipo, eso que demandamos desde hace tiempo de que el equipo tenga una personalidad nítida, que sepamos a que juega nuestro Valencia.

Si por mi fuera este personaje estaría fuera del club hace tiempo, pero es una de esas herencias que nos ha dejado Lolo y su séquito. No pretendo tampoco cargar toda la culpa ni mucho menos a Braulio, de hecho no creo que se pueda decir que no hay calidad para jugar al toque, por ejemplo. Una cosa es que no puedas igualar en calidad a un Barsa o un Madrid pero creo sinceramente que calidad hay de sobra para desempeñar muchos estilos de juego.

Lo que no me acaba de convencer es la planificación de la plantilla y aquí se repartirían las culpas entre Djukic y Braulio, dependiendo de la cuota de poder que tenga cada uno en la elección final de los fichajes o ventas.
Es de dominio público el rumor de que Braulio pinta muy poco en el actual proyecto de Amadeo Salvo y que Djukic tiene más poder de decisión. Sinceramente, no lo se, de momento corto aquí, no pretendo divagar más y espero que en el debut europeo se vayan arreglando las cosas y descartemos teorías de por medio.
foto extraída de https://www.facebook.com/ValenciaCF/photos_stream

lunes, 26 de agosto de 2013

Español 3 - 1 Valencia: Cura de humildad


Cara de tontos se nos quedó a la mayoría con la contundente derrota sufrida en casa del Español de Barcelona. El Valencia no estuvo bien en ningún momento del partido, faltaron ideas claras, energía, ganas, calidad y mejor colocación y todo esto se hizo notar en el resultado final. La derrota encajada por 3-1 deja claro que hay que mejorar y mucho y que Djukic tiene un gran trabajo por delante.

El técnico dispuso algunos cambios en el once, como la entrada de Mathieu en lugar de Bernat ocupando el lateral izquierdo o la incorporación de Feghouli a la banda derecha en detrimento de un Fede que se cayó de la convocatoria en el segundo partido de liga. La otra novedad fue la participación de Jonas ocupando el puesto de Viera. La realidad es que todas las novedades no sirvieron para mejorar el juego ofrecido contra el Málaga sino todo lo contrario. El equipo estaba desdibujado sobretodo debido a la inoperancia de un Banega que no acaba de despuntar como líder del grupo y como única nota positiva mencionar el gol oportuno de Postiga que no me desagradó su actuación.

El argentino, llamado a comandar a los suyos, estuvo demasiado cubierto por los jugadores pericos y además jugó muy adelantado sin apenas poder crear jugadas de peligro que llegarán a nuestros delanteros. Por si fuera poco, estuvo impreciso en los pases y como ya sabemos, si Banega no funciona el equipo tampoco. El centro del campo se convirtió en un desbarajuste enorme en el que nadie sabía que rol desempeñar y las posiciones se intercambiaban sin criterio alguno. Los cortes de Javi Fuego y las intentonas de Míchel por conducir la pelota hacia arriba no bastaron.

Además se une el problema de actitud al que muchos aluden. Al respecto diré que yo veo más falta de calidad que de entrega, aunque también es posible dar más en el campo, ese plus de agresividad para ganar la pelota en cada disputa. Aquí Djukic tendrá que esforzarse en que sus ideas y convicciones se filtren entre la plantilla y que estos jóvenes acostumbrados a la comodidad de unos objetivos mediocres asimilen sus conceptos futbolísticos.

No hay tiempo para muchas pruebas. Esta semana Mestalla recibe al todopoderoso Barça que exigirá el máximo esfuerzo para vencerles. Es necesario pues acertar con un once de garantías, fuerte y capaz de frenar las embestidas blaugranas que seguro serán numerosas. Nadie se volverá loco si no se consigue una victoria contra un equipo al que hace años no se le gana pero si que se espera dar la cara y no hacer el ridículo. Es decir, comprobar si las palabras ilusionantes y ambiciosas del nuevo técnico han calado y no se quedan solo en falsas esperanzas.

De momento la última derrota nos ha devuelto a la tierra, mostrándonos que esto va a ser muy difícil y que nada se construye en 4 días. La suerte es que esto no ha hecho más que empezar, es la segunda jornada de liga y puede servir como prueba de quien ha de jugar y donde y como disponer el sistema que quiere o busca el mister. Una idea puede estar en ubicar más atrás a Ever y probar a juntarlo con Parejo dotando al equipo de un mayor control de la pelota. Por mi parte optaría por darle el puesto de LI a Bernat acompañado de Viera al que veo en un gran momento de forma y capaz de desequilibrar con su regate. Me gustaría ver a Canales en el once o seguir apostando por un Fede que parece mucho más enchufado que un irreconocible Feghouli.. El debate en la portería me lo reservo para más adelante, pero estas son mis tempraneras ideas sobre lo poco visto hasta ahora.

A seguir creyendo y exigiendo un gran equipo. Amunt!

imágenes obtenidas de https://www.facebook.com/ValenciaCF/photos_stream

martes, 30 de octubre de 2012

El enfermo se resiste a curarse


El equipo venía de ofrecer una cara más alegre y renovada ante el Bate en Champions y la afición empezaba a esperanzarse pero ya sabemos que con cautela. Y hacía bien, porque como predije yo y más perros viejos del fútbol, no sería un camino de rosas lo que nos esperaba ver de este Valencia de aquí a final de temporada. Así que sin ir más lejos en el siguiente partido, nos encontramos con una nueva derrota fuera de casa, que puede volver a sacar a relucir los viejos fantasmas.


El encuentro ante el Betis fue un triste tropiezo ya que devuelve la presión al equipo y al técnico en cuanto a la necesidad de sumar puntos cuanto antes. Sin embargo no debemos alarmarnos tan pronto, pues el equipo se puede decir que está en construcción todavía y hay que valorar más los intentos del equipo y las reacciones del técnico que el resultado final, que por otra parte es el tercer 1-0 que cosecha el conjunto che fuera de su estadio. Algo que nos ha de servir para pensar que no está todo perdido, no son derrotas abultadas, lo que puede servir para mantener la esperanza y confianza en el equipo.

En cuanto al partido en sí, no se puede negar que fue bastante horrible en general, aunque podemos separarlo en las dos mitades del mismo. La primera mucho peor, con un juego desordenado y un “trivote” central que protagonizado por los mismos hombres de Minsk no interpretó el guión correcto ni de lejos. Y la segunda un intento de remontar que no fue suficiente.

Aquí he de hacer mención especial a un jugador, pese a quien pese y su nombre es Albelda, conocido por seudónimos como “el etern capità” “el patriota” pero también con otros motes como “el muaquis” o “el cono”. He de decir que al no haber visto el partido en directo, me dispuse a visionarlo en diferido con la ventaja de saber de antemano cual había sido el resultado y el juego. Esto me sirvió para analizar más fríamente que de costumbre el sistema y su funcionamiento haciendo especial seguimiento a algunos jugadores y fijándome mucho en la salida de balón.

Confieso que soy poco experimentado en estrategia y me cuesta descifrar patrones de juego, pero aun así hay signos claros que a uno no se le pueden escapar cuando ha visto bastante fútbol. Seguí de cerca los movimientos del señor Albelda, y ciertamente fueron patosos. Observándole creía que estaba ante un chaval que no ha jugado nunca un partido de fútbol y hace lo que puede, se coloca entre sus compañeros e intenta tocar la bola cuando esta le viene al cuerpo. Sinceramente, no es nada personal, solo hay que verlo de nuevo y darse cuenta. Ni defiende ni ataca, está en una posición donde no cubre a ningún rival, solo hace bulto. Y a esto añadimos el agravante de que las pocas recuperaciones que hace vienen acompañadas de faltas casi siempre, cuando no de tarjetas. Albelda se limitó a sugerir a su compañero más cercano donde tenía que realizar el pase, como si él mismo no jugara en el equipo y no tuviera que pasar el balón por sus pies. La consecuencia fue de una inexistente fluidez en el centro ya que todo el espacio que ocupaba este señor en la creación era una zona prohibida, donde el balón solo cruzaba por medio de los jugadores verdiblancos.

Pellegrino debió darse cuenta de la inoperancia de esta figura central, pues salió en la reanudación con Tino ocupando este puesto y Banega con Gago por delante de él. De esta forma se mantenía el sistema, pero se mejoró en la elaboración. Sin ser perfecto el cambio de imagen, el equipo consiguió que llegara el balón a las inmediaciones del área contraria. La clave estuvo en la entrada de Banega y el retraso de la posición del Tino Costa. Estos dos hombres, junto con Gago se situaban ahora más juntos y movían la pelota con mucho más criterio intercambiando sus posiciones sin variar su función global.
Lamentablemente el cambio no fue suficiente y aunque el técnico realizó dos sustituciones más con el objetivo de sumar efectivos en ataque, las pocas ocasiones que se crearon no se convirtieron en el gol del empate. Soldado se tropezó con un buen portero y el Betis se llevó los tres puntos con justicia.

Más allá de la derrota lo que me preocupa particularmente es si el técnico ha encontrado un sistema que consolidar y si la confianza en el señor Albelda es influida por alguien o realmente cree en él. Esto se me antoja vital, ya que de no aclarar pronto las ideas puede seguir emulando los defectos de Unai Emery más allá de lo permitido.

El equipo necesita con urgencia afianzar una idea de fútbol, basada en un sistema principal de juego y en un once titular que pueda llevar a buen puerto sobre el césped la estrategia dibujada en la pizarra. La otra emergencia para Pellegrino es dotar de la exigencia necesaria al grupo en cada partido, ya que a pesar de los defectos observados el sábado la cosa hubiera cambiado mucho si se hubiera ofrecido la misma concentración que se alcanzó contra el BATE.

Finalizo el análisis un vez más sin tiempo para asimilar mucho los acontecimientos, ya que esta misma noche nos espera el modesto Llagostera de segunda división B, lo hará en su casa, en un campo bastante pequeño y donde no tendrá nada que perder. La copa entra en escena con los equipos de primera. Estos enfrentamientos son engañosos siempre, pues la exigencia del favorito hace que un equipo como el Valencia tenga la obligación de ganar y donde una derrota es muy escandalosa. Pongamos la atención necesaria y no fallemos.

lunes, 22 de octubre de 2012

Encontrando el optimismo con cautela


Hace poco menos de una semana andaba yo como loco buscando una chispa que encendiera de nuevo esa pasión olvidada por ver cada partido de liga. Un rastro de optimismo que intentaba seguir con el objetivo de hacer más llevadero el seguimiento de nuestro Valencia CF durante la temporada que nos espera. Seguir el día a día de nuestro club y en especial el apartado deportivo en cada partido no me suponía gran esfuerzo hace unos años, sin embargo las últimas campañas se han hecho inesperadamente largas para muchos aficionados ches entre los que me incluyo.

Buscando el optimismo, me dispuse a encontrarlo viendo el partido del sábado con especial interés. Era el momento de que el equipo consiguiera ese resultado positivo que muchas veces solo esconde los defectos, pero que a su vez, es siempre necesario para empezar a enmendarlos definitivamente. Por suerte se consiguió, el equipo ganó tres puntos de oro para ir alejándose de posiciones comprometidas y además con una remontada final como hacía tiempo que no vivía el valencianismo, de esas que llamamos épicas.

Una vez calmada la sobredosis de moral inicial, pude captar como más allá de las lógicas reacciones eufóricas, la remontada había sido sabiamente asumida por muchos bloggers amigos con precaución, evitando dejarse llevar por falsas alegrías y animando al lector a tomarse con paciencia y cautela los posibles signos de recuperación del equipo.

Por una parte estoy de acuerdo en ser cautos, en no alzar los brazos tan rápido por un simple partido. Hay que ser conscientes de los errores que se cometieron, sobre todo en la zaga valencianista y más concretamente de la empanada de los centrales. Los goles fueron consecuencia de la falta de coordinación y la contundencia defensiva y fueron encajados en las pocas llegadas que tuvieron los bilbaínos en la primera parte. Los problemas defensivos son un lastre que arrastramos durante mucho tiempo y será misión especial para Pellegrino el poder dar con la solución. Ésta podría demandar incluso algún fichaje de urgencia en el mercado de invierno o seguir probando con canteranos como Carlos Delgado que tuvo un buen debut nada menos que en Champions en la victoria que consiguió el equipo ante el Lille.

No hay que olvidarse de otros problemas en el apartado de la creación que hacen referencia al centro del campo, donde se evidencia una falta de control del tempo del partido, una mayor seguridad en las transiciones ataque-defensa y en la dificultad de asegurar la posesión evitando pérdidas que puedan desembocar en los temidos contragolpes. Algo que podría resolver en parte la vuelta de los lesionados.

Sin embargo no me quiero centrar únicamente en lo negativo ya que como decía al principio mi misión es buscar los puntos fuertes a los que agarrarse y recuperar la fe en el equipo. Por tanto y exponiendo las conclusiones positivas me quedo con un puñado de ellas que espero sirvan para dotar de más confianza a Pellegrino y a los futbolistas para continuar en su crecimiento como grupo.

Entre ellas destaco la capacidad de reacción exhibida para remontar dos veces un resultado adverso, las actitudes de pelea y entrega que superaron ampliamente a las más indolentes, así como la búsqueda insistente de la victoria que fue facilitada sin duda por la superioridad numérica de la segunda mitad del encuentro, pero que también tuvo su causa en los hombres elegidos por el mister para dotar refresco al once inicial. Así vimos un alegre reencuentro de Banega con su público que pudo disfrutar de nuevo de la calidad de este futbolista durante los minutos finales y también vimos el efectismo de un Valdez que con un tremendo cabezazo batía la portería defendida por Iraizoz permitiendo al Valencia sumar los tres puntos ya en el tiempo añadido.

Tampoco me quiero olvidar del buen papel que tuvo el chaval Bernat que al igual que otros hombres aportan su candidatura para competir por un mismo puesto en la alineación inicial. De momento se ha conseguido algo y es que la afición vuelva a hablar de fútbol y de debates sobre la titularidad de algunos futbolistas, algo que es mucho más sano que tener que hablar de las lastimosas operaciones y declaraciones de la directiva.

El análisis lo cierro ya, esperando que los signos positivos que deja el fin de semana se afiancen en Champions, donde la victoria se ha convertido también en algo vital para las aspiraciones de clasificación del Valencia que ve como la liguilla pasa de ser cosa de dos a estar peleando con un nuevo aspirante, el próximo rival a batir, el Bate Borisov.

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