Hace mucho
que no escribo en el blog, motivos tengo muchos, pero aquí solo quiero exponer
los deportivos, aquellos que se relacionan directamente con el fútbol y nuestro
Valencia CF.
Así pues, el
principal motivo es el desánimo, la desmotivación que provoca el equipo y que
va creciendo desde hace ya algunos años hasta el día de hoy. Entre los
argumentos se encuentran la falta de competitividad adquirida por el equipo, la
poca implicación mostrada por los futbolistas que cada día parecen más actuar
como un simple mercenario que como un jugador de fútbol y como no, la situación
financiera e institucional que sufre hoy en día la S.A.D.
Después de la
marcha de Unai Emery hacia tierras rusas, la única huella de esperanza que nos queda por
seguir al valencianismo es confiar en el nuevo técnico, en el que fuera uno de
los estandartes de la última época dorada del club, cuando tantas alegrías
pudimos disfrutar. Hoy no queda nada de ese grupo de ganadores, bueno mentira,
queda un nombre y todos sabemos que al veterano patriota no le queda espíritu
ganador, no al menos el ganador de partidos, aunque el ganador de pelas supongo
que si.
En fin, mucho
podríamos hablar acerca de los motivos pesimistas, y tan solo escuchar
cualquier declaración de un miembro de la directiva provoca un hastío y
desconsuelo que hace temblar los cimientos de cualquier futbolero valencianista
que se precie. Así que no queda otra que buscar ese rayo de esperanza que nos
haga ser algo más optimistas de cara al futuro de nuestro club.
Vaya por
delante que ese halo de esperanza tiene más que ver con la fe que con la
realidad, pero es que en el fútbol como en cualquier otra religión la fe es
imprescindible.
Es por ello
que en estos momentos ando desesperado, partido tras partido intentando
observar cualquier detalle novedoso en el juego del Valencia, esperando esa
chispa de calidad en las combinaciones con la pelota en juego, deseando ser
testigo de un cambio en la actitud de los jugadores hacia un mayor compromiso y
entrega. Es decir, ver ese plus de motivación a la hora de buscar una victoria.
Eso que hemos
escuchado muchas veces de: “atacan más con el corazón que con la cabeza”. Bueno
pues algo es algo, y si al menos veo que le ponen corazón, podré creer entonces
que cuando llegue si es que llega el buen juego, estos jugadores serán capaces
de ganar algo. De momento y siendo sinceros, me falta ese plus, ni digo que no
suden la camiseta ni digo que se muestren totalmente indolentes, pero si que se
les echa en falta algo más de compromiso y creencia en sus posibilidades.
Lo que más me
preocupa además es que realmente tengan la confianza necesaria en Pellegrino,
para que los intentos del entrenador de reconducir al equipo surjan efecto. Los
resultados no están acompañando y esto se traduce siempre en dudas tanto en los
futbolistas como en la afición. No tengo la intención de agobiar con
estadísticas pero son por supuesto negativas. Lo único que pretendo comunicar
es que más allá de los malos números que presenta el Valencia en este inicio de
temporada, hay que debatir sobre el posible margen de mejora, las posibilidades
de crecimiento en el juego de equipo y la actitud de los jugadores que son los
que en última instancia han de revertir la situación y empezar a ganar puntos.
Particularmente tengo varias dudas respecto al futuro deportivo del Valencia.
Por un lado tenemos
la incógnita de cuales son las capacidades, habilidades y aptitudes de este
entrenador. O dicho de otra manera: ¿Será capaz este entrenador de mejorar los
resultados de Emery o al menos conseguir esos objetivos marcados por Llorente?
La respuesta
no es fácil, ya que se suman muchos factores. El primero es la nula experiencia
del entrenador como primer entrenador de un equipo, el segundo es la patente
pérdida de calidad individual en el grupo (al menos si lo comparamos con los
primeros años de Emery donde se contaba con muchos hombres que acabarían siendo
campeones del mundo / Europa) y el tercero y último sería el margen de error que
le concedan a Pellegrino para empezar a dar frutos.
Del primer factor necesitamos además de las teóricas aptitudes técnicas y estratégicas que
ha de trasmitir al equipo, la capacidad de llevar a un grupo de jóvenes
futbolistas que en los últimos años ha demostrado ser poco disciplinado y
aplicado.
Del segundo
factor, la calidad individual, poco podemos achacar al entrenador y tendríamos
que pasar al debate económico donde necesitaríamos muchas líneas para explicar detalladamente la gestión de Llorente y Braulio. Mejor no entremos por
ahora.
Del último factor
sin embargo si que hay más donde debatir, ya que la afición adopta un papel
influyente en el asunto. Además de los planes de Lolo en cuanto a la confianza
que esté dispuesto a ofrecer a su técnico se suma la dosis de paciencia que se
tome la afición valencianista, sobre todo la que intenta cada día con más
complicación llenar las gradas de Mestalla.
Por último y
para acabar daré mi humilde consejo: Sed pacientes en la medida que podáis,
hemos aguantado mucho con Emery y lo justo sería dar un buen margen de
confianza también a Pellegrino.
Mi ilusión en el Valencia a día de hoy es cero, es triste pero es que el equipo no da un motivo por pequeño que sea para confiar en ellos.
ResponderEliminarEl problema es más profundo que la lesión de jugadores, la mala suerte, el mal juego, o un entrenador inexperto. Todo eso ayuda, pero debemos darnos cuenta de que el cáncer del club está un "pelín" más arriba del rectángulo de juego...
Gran entrada, y no nos tengas tan abandonado gañán ;). Saludos.
Se lo del cancer, pero es que como comento, hablar de la directiva y la situación económica del club es casi para ponerse a llorar. Tenía que reanudar la escritura con eso, la búsqueda del optimismo, para mantener las pocas ganas que qiedan en seguir viendo a este Valencia.
ResponderEliminarQueda mucha liga y aún creo que se pueden hacer cosas buenas.
Por cierto, hoy he corregido algunos fallos de escritura debidos a mi oxidación en el tecleo. Prometo no tardar tanto en actualizar y gracias por tu apoyo Noé.