Otra noche en la que la palabra final volvía a adquirir un significado triste y poco ilusionante donde la importancia recaía en que el Valencia frenara de nuevo la mala racha de resultados para bien de Djukic y para la tranquilidad de la afición. La rueda de prensa previa del serbio en una especie de pronóstico maldito presagiaba que el partido podía convertirse en una trampa. El rival era muy débil, venía colista y además sin saber lo que era ganar en liga, datos que nunca me gustan porque suelen añadir más presión a los futbolistas, algo que aún sin ser una excusa válida, se suele repetir en muchas ocasiones.
La trampa a la que hacemos alusión lamentablemente se dio y el Valencia pese a empezar ganando se desmoronó al mínimo contratiempo regalando una remontada al Almería que se encontró sin apenas creerlo con la primera victoria de la temporada, algo que por supuesto no estaban dispuestos a dejar pasar y para ello sacaron un aspecto futbolístico que aún se está esperando en nuestro equipo, una cualidad importantísima llamada oficio. El oficio es lo que permite que un equipo tan necesitado de sacar sus primeros 3 puntos en un partido pierda el tiempo que haga falta para no dejar escapar su primera victoria, el oficio es lo que le falta a un equipo que era claramente superior en el partido y tenía todo a favor para matar el partido y dudó en aplicar un plus de agresividad para rematar al colista de primera. El 1 a 0 momentáneo no se supo convertir en el 2 - 0 de la tranquilidad y cuando sobrevino el empate almeriense los fantasmas de la inseguridad hicieron su presencia en Mestalla, la noche de Halloween se adelantó y Djukic supo lo que es pasar miedo cuando de nuevo la falta de oficio permitió que una arrancada en velocidad de Aleix Vidal pareciera una cabalgada más digna de genios del balón como Maradona que de un jugador de un recién ascendido. Una simple falta de Joao Pereira hubiera evitado la derrota, pero inexplicablemente el oficio no existe en esta plantilla.
La presencia de la Guadaña se intuía en el santuario como posible verdugo del entrenador, aunque de momento el serbio consigue engañar al encapuchado esta vez protegido por una grada que clamó antes contra Braulio que contra el serbio, sabedora de que la destitución del técnico, de momento no garantiza una mejora sustancial si no se remedian antes los defectos de una planificación caótica o al menos se evita su postergación, con un conveniente relevo en la dirección deportiva encabezada por el último representante del llorentismo, . Las razones son evidentes, si para buscar las claves de las carencias en el funcionamiento del equipo hay que desviar la mirada hacia su máximo responsable en el banquillo, el entrenador, para exigir responsabilidades sobre los errores del técnico hay que subir la mirada y centrarla en la dirección deportiva, en este caso Braulio Vázquez, quién a su vez se convierte en el centro de las críticas por su cuestionado buen hacer en la confección de la plantilla.
Con todo esto, Salvo quien se encontraba la noche de ayer en Singapur en viaje de negocios, es decir, trabajando para el Valencia CF, parece ser que confirma la confianza en su entrenador. No sabemos si será tan solo una prorroga que ofrezca tiempo extra para solucionar la situación negativa del equipo y que permita en caso de fracaso, buscar a un buen sustituto para la banqueta blanquinegra , pero de momento Salvo demuestra tener
Hoy por hoy Getafe aspira a ser la segunda intentona para conseguir el Montjuic particular de Miroslav Djukic que ya tuvo su primera oportunidad contra el Sevilla en Mestalla. Aquella vez el equipo respondió pero olvidó rápido su misión, esta vez la afición espera lo mismo de los suyos pero sin olvidar la misión, ya que de no repetirse la jugada, los valencianistas empezaremos a recordar tiempos muy negros que solo rememoramos en nuestras peores pesadillas.
Personalmente y siendo consciente de que Djukic ha tenido todo a su favor para demostrar su valía, como ya hice en alguna ocasión antes de inminentes destituciones de pasados entrenadores, daré mi consejo al técnico, esperando a que no caiga en saco roto. Le recomiendo que muera con sus ideas, si estas son las de tener el balón y llevar la iniciativa en ataque que convenza a los suyos de que son capaces y que disponga a los hombres más aptos para llevar a cabo su planteamiento, sin temor, sin agachar la cabeza en la banda, mostrando su valor a la plantilla, gritando si es necesario, haciendo el payaso al estilo Unai si no hay más remedio. si ha de morir que lo haga con las botas puestas. Quizá el problema no esté en que la plantilla no pueda desempeñar tal o cual sistema, sino en que no está convencida de ello. Muestra de la incredulidad de los futbolistas es la duda que transmiten en determinados momentos del juego, donde la inseguridad defensiva refleja el no saber si presionar como mercenarios o sacar el balón jugado como un equipo de la playstation. Es necesario jugársela a doble o nada, la cagada ya está hecha, no hay tiempo para dudar sino para actuar.
Mi opinión es que más allá de la falta de calidad en algunos futbolistas o de la elección más o menos acertada en la alineación, la clave está en la desconfianza de los futbolistas. He repasado estadísticas, algo raro en mí, y éstas evidencian que no es solo un problema de inoperancia total como otras veces así ha sido. Esto solo se ha dado en determinados encuentros, Bétis, Español y poco más. El resto se ha perdido por no tener claro que hacer en cada momento. Se podría poner como símil el boxeo donde un rival puede ganar por puntos pero de nada sirve si el adversario te vence por K.O dando los golpes más fuertes. Y es que golpes damos pocos, faltas escasas, cuando estas podrían salvarte de recibir más de un K.O. Así que puede que la tecla que busca Djukic pase por convencer a los suyos de que crean en su juego porque las estadísticas reflejan que son capaces pero que por falta de pegada no han conseguido aún el cinturón que los acredite para ser un verdadero aspirante.
Foto extraída del facebook oficial del Valencia CF